Grupos de Consumo

Los grupos de consumo, en su mayoría, surgieron entre miembros de distintos tipos de asociaciones , pero es una forma de consumir, que cada vez va ganando más adeptos porque aplica la lógica a la forma de hacer la compra y beneficia tanto al productor como al consumidor final.

Los grupos de consumo son una muy buena forma de adquirir frutas y verduras de temporada  a un precio razonable directamente del agricultor o a través de distribuidores.

A la hora de adquirir los productos del campo, lo más usual es decantarse por una de estas dos opciones:

1.  Adquirir una caja con lo que haya dado el campo semanalmente, con un surtido variado de productos.
2. Adquirir los productos individualmente cada uno, al precio marcado por el agricultor.

Los grupos pequeños suelen funcionar mediante  las cajas semanales; los miembros realizan un pedido y lo recogen unos días después, mientras que los grupos grandes pueden incluso disponer de locales y expositores donde los socios compran directamente.  Otra opción es incluso acudir al huerto y comprar directamente allí, pero esto no suele ser factible para la gente de las grandes ciudades.

Algunos  grupos, viendo los beneficios de este modo de compra,  se han decidido a incluir otros productos aparte de los agrícolas, lo que cada vez más está provocando sinergias entre productores de distintos productos (miel, queso, jabones, etc) que usan la infraestructura de estos grupos para ofrecer una gran calidad a un precio muy ajustado, que por las vías normales no sería factible para los pequeños productores.

Al final, lo que se consigue con estos grupos, es potenciar un consumo responsable y favorecer el consumo local de productos favoreciendo tanto al consumidor y productor como al medio ambiente, ya que se invierte mucho menos en transporte y conservación de dichos productos.

Además la pertenencia a estos grupos (¿por qué no?) favorece la creación de vínculos sociales y el fomento de relaciones vecinales solidarias.

Y por supuesto,  con estos grupos se favorece un uso mucho más racional de los terrenos agrícolas, lejos de un exceso de productos químicos que no hacen otra cosa que perjudicar a las personas y al medio ambiente.